El verano 2023 vio el estreno de las galletas heladas: todos los fabricantes de las marcas más vendidas se lanzaron a esta aventura que se convirtió rápidamente en toda una tendencia: Pan di Stelle, Baiocchi, Ringo, Gocciole, Oreo, por citar sólo algunas… son todos los famosos bizcochos de mantequilla que se han transformado en helados: frescos sándwiches de helado compuestos por dos galletas que encierran una capa de vainilla, nata o cacao en perfecta armonía con el producto original, disponibles en envases individuales o multipack.
En LAIeF, con nuestras máquinas de producción industrial de helados, en una época histórica donde el sándwich de helado supuso una auténtica revolución, hemos concebido, diseñado y fabricado una gran variedad de máquinas destinadas también a la producción de galletas heladas.
Hoy en día, nuestras máquinas varían en flexibilidad y capacidad desde 3.000 hasta 15.000 helados con galleta por hora, pudiendo así satisfacer cualquier necesidad de producción.
Uno de nuestros puntos fuertes es la curiosidad. Ver más allá, imaginar nuevos escenarios, ofrecer a nuestros clientes algo que sabemos que necesitarán tarde o temprano.
No obstante, la curiosidad es sinónimo también del deseo de saber… ¡así que abramos nuestra LAIeF-pedia y sumerjámonos en el pasado!
¿Recuerdas cómo se llamaba la primera galleta helada, la de la infancia de algunos entre nosotros? Se trata de «Camillino», elaborada por Eldorado. Es del año 1966, dos simples galletas con una capa de crema de vainilla de por medio. Quizás alguien recuerde incluso el anuncio de Carosello con el mítico Cocco Bill, pistolero seseante que nació del lápiz del igual de mítico Jacovitti, a derrotar a los tres rivales y luego ofrecer Camillino a todo el pueblo…
Pero ¿quién se inventó la primera galleta helada de la historia? Apuesto a que también fue la curiosidad. Y es que, como se suele decir, la curiosidad es la madre del conocimiento…
Pues bien, el inventor de esta sabrosa especialidad fue Alessandro Tortoni, un heladero de Nápoles. En 1803, Tortoni tomó las riendas del Café Napolitaine del Boulevard des Italiens de París, que no acababa de arrancar con su precursor. Gracias a su creatividad y curiosidad, en sus manos pronto se convirtió en un punto de referencia en toda la ciudad, hasta el punto de, dicen, ser frecuentado incluso por Napoleón (cuando no estaba en plena lucha por ahí) y por artistas como Alexandre Dumas, Gioacchino Rossini, Honoré de Balzac, Manet y tantos otros…
El propio Dumas lo mencionó en El conde de Montecristo, en el pasaje en el que el armador Morrell acude al Café Napolitaine.
El primer lanzamiento de Tortoni fue su famoso tranche napolitaine, una abundante porción de helado de tres sabores. Pero su creación más famosa fue «le biscuit Tortoni«, dos galletas rellenas de helado de crema de ron y macarrones, que conquistó inmediatamente a toda la aristocracia parisina y pronto fue copiada en todo el mundo, incluyendo Italia.
Una vez más, los italianos van por delante, y la historia suele demostrarlo. Es agradable redescubrir excelencias a veces incomprendidas u olvidadas.
Así pues, hoy le debemos sobre todo la existencia – y el éxito – de la galleta helada.
Cerramos aquí nuestra LAIeF-pedia hasta la próxima curiosidad. Y recuerda, para cualquier información, curiosidad o consejo, ¡no dudes en ponerte en contacto con nosotros!
¡Feliz helado a todos!